Tipos de filtro para espresso
El filtro es una de las partes de la cafetera espresso que tiene mayor impacto en la extracción. Se trata de una canasta metálica, ubicada dentro de un portafiltro, en la cual se deposita la dosis de café molido que recibirá el agua caliente a presión para realizar la extracción. Tiene diminutos orificios en el fondo por donde se filtra el líquido para salir por el conducto hacia la taza.
Las canastas se clasifican principalmente según su capacidad, el tamaño de su diámetro o si están presurizadas.
Canastas sencillas, dobles y triples
Existen canastas diseñadas para contener diferentes cantidades de café molido, lo que determina cuántos cafés espresso se pueden preparar.
Las canastas o filtros sencillos tienen capacidad de 7-12 gramos de café molido y son útiles para hacer un espresso por ronda. Por lo general tienen forma de embudo para reducir la velocidad del agua.
Los filtros dobles pueden contener de 12 a 22 gramos de café molido y son utilizados para máquinas de espresso comerciales. Lucen una forma plana o ligeramente estrecha.
Las canastas triples aceptan entre 30 a 40 gramos de café molido. Necesitan un portafiltro profundo o sin fondo.
Tamaño del diámetro
El diámetro varía en función del tamaño de los cabezales de los grupos en donde se colocará el portafiltro.
El diámetro más tradicional es el 58 milímetros, el cual es utilizado por la mayoría de las marcas de cafeteras espresso. Otras medidas comunes son 57, 54 y 53 milímetros, entre otras.
Filtro presurizado
Un filtro presurizado es un dispositivo que se acopla a la canasta y que sirve para mejorar la producción de crema. Suele ser una segunda malla o doble pared que tapa la mayoría de agujeros de salida del filtro. También se presenta como una capa opaca que deja libres únicamente los agujeros del centro. Son comunes en las cafeteras domésticas.
Es este segundo fondo el que acumula la presión, y no la cafetera, para garantizar que el agua atraviese todas la cama de café. El líquido avanza con mayor velocidad por ese canal estrecho, de modo que el filtro presurizado impulsa el café hacia la taza con mayor fuerza que un filtro normal, sin presurizar.
Los filtros presurizados están diseñados para crear crema en abundancia sin importar otros factores, como la molienda, la calibración correcta, el prensado preciso, el tiempo adecuado o las habilidades del barista.
Los filtros sin presurizar, por el contrario, permiten controlar todos los aspectos de la extracción y exigen que el usuario tenga ciertos conocimientos y herramientas, como un buen molinillo para una molienda exacta, la fuerza ideal para el prensado, etcétera.
Hacer un espresso es un arte en el que todos los detalles cuentan. Elegir el filtro que mejor responda a cada necesidad es el primer paso para una extracción de calidad.