La Ilusión de Federico Barrueta: más allá de la taza, un café único
En Temascaltepec, Estado de México, el productor de café Federico Barrueta lucha para convertir su sueño en realidad. En su finca, bautizada como “La ilusión”, se ha propuesto crear el mejor café mexicano, desafiando las expectativas de una región poco conocida por sus cafetales.
“Queremos alcanzar la taza perfecta; esa es nuestra ilusión. Lo importante es soñar y trabajar para lograr el objetivo final de un café único», comparte don Fede, quien con esfuerzo, formación y sacrificio se acerca cada vez más a su meta.
Su café ya ha superado al de potencias cafetaleras como Veracruz, Chiapas y Oaxaca en el concurso Taza de Excelencia, en el que obtuvo un segundo lugar en 2015 y 2018, un cuarto lugar en 2019 y 2021, así como tres premios Presidenciales con una calificación de más de 90 puntos.
Del cielo a la tierra
La historia de Federico en el mundo del café comenzó en 2003. En ese entonces trabajaba como técnico en mantenimiento de aviación en las Fuerzas Armadas, pero sintió el llamado de la tierra y sus raíces: su padre, León, enfermó y le encomendó la finca a la que había dedicado toda una vida para su sustento.
Está ubicada a las faldas del Nevado de Toluca, en San Andrés de los Gama, a una elevación de 2,100 metros sobre el nivel del mar.
En cuanto la recibió de manos de su padre, Federico tomó cursos sobre agricultura orgánica, agricultura convencional, biodinámica, biológica, química y otras más para sacarla adelante.
“Tenemos más de 60 variedades y tres especies de café (Arábica, Robusta y Libérica), visitamos más productores, nos documentamos, platicamos con especialistas”, detalla don Fede.
Banco de germoplasma
Federico y su equipo están comprometidos con la diversidad, a través de un banco de germoplasma con material genético vivo y conservación de semillas.
“Queremos lograr un café único y ¿cómo vamos a hacerlo? Conociendo la gran diversidad de material genético, de variedades y especies. Investigamos cómo se adaptan en la zona, qué proceso le acomoda a cada varietal”.
También implementaron prácticas sostenibles, como utilizar fertilizantes orgánicos y aprovechar la pulpa y la cascarilla como composta.
Además, en la búsqueda de la taza perfecta, don Fede experimenta con variedades y comparte sus conocimientos con barras especializadas.
E invita a los consumidores a descubrir “el mundo detrás de una taza de café. Queremos que se apasionen, porque cuando hay pasión hay exploración; cuando hay exploración hay conocimiento y cuando hay conocimiento hay satisfacción”.
Compromiso social: educación y turismo agropecuario
La finca La Ilusión no sólo es un lugar de producción de café excepcional, sino también un motor de desarrollo social. Los niños que participan en las labores agrícolas deben cumplir con la condición principal: asistir a la escuela.
También promueve el turismo agropecuario «para que los que visitan la finca conozcan las plantas, el proceso detrás de una taza, la vida en el campo. Que el productor les haga su café».
Con un enfoque hacia el futuro, La Ilusión colabora con una universidad tecnológica en un proyecto para mecanizar el secado del café. También forma jóvenes en el arte de ser baristas, tostadores y catadores.
La historia de Federico Barrueta y su finca La Ilusión es una muestra de su pasión por el café, que se entrelaza con el compromiso social y la innovación en busca de un café único.