¿Qué es la cafeína?
Hamburgo, año 1820. El científico alemán, Friedrich Ferdinand Runge, celebra a sus 24 años que acaba de descubrir la cafeína, el alcaloide psicoactivo del grupo de las xantinas que más tarde sería la sustancia más consumida en el mundo.
Desde su infancia Runge experimentó con todo lo que le caía en sus manos, pero su espíritu inquieto tuvo la mayor recompensa cuando el poeta Johann Wolfgang von Goethe le dio unos granos de café, bebida a la que era adicto.
El autor de Fausto estaba fascinado por el hallazgo de Runge sobre el efecto dilatador de la belladona sobre las pupilas, así que pidió al investigador que analizara la composición química del café, elixir negro que le quitaba el sueño.
Runge aceptó el reto y aisló, por primera vez en la historia, el ingrediente activo al que bautizó como kaffein y que se tradujo al español como cafeína.
En 1823, esta palabra apareció en varios diccionarios médicos.
Definición de cafeína
La cafeína es uno de los más de 4 mil compuestos químicos producidos fundamentalmente por las plantas y que se conocen como alcaloides. Pertenece al grupo de las metilxantinas (1,3,7 – trimetilxantina).
Su nombre científico es 1, 3, 7 Trimetilxantina y también recibe otros nombres: guaranina, teína, mateína, relativos a las plantas de donde se puede extraer (guaraná, té y mate).
En su estado natural, la cafeína es un polvo cristalino, blanco y de sabor amargo. Se caracteriza por un efecto temporal de estimulación del nivel de alerta y la eliminación del sueño.
La solubilidad de la cafeína a 25 ºC es 21 mg/ml y aumenta conforme aumenta la temperatura. Su peso molecular es de 194.19 g/mol.
Una vez consumida es absorbida por el tracto gastrointestinal y permanece en el organismo entre 4 y 6 horas. Es metabolizada en distintos componentes desde el hígado.
Sus efectos
La cafeína es un estimulante que actúa sobre el sistema nervioso central, incrementa la actividad motora, el rendimiento intelectual y disminuye la fatiga y el sueño.
Dosis altas pueden producir ansiedad. La cafeína aumenta la presión arterial, la frecuencia respiratoria y es diurética.
Tiene efectos parecidos a la adrenalina, al aumentar la actividad de los neurotransmisores, como la dopamina, la serotonina y la acetilcolina, que influyen en los estados de ánimo. También tiene propiedades antioxidantes.
Los síntomas adversos se asocian a un consumo excesivo. Un bebedor entusiasta consume en promedio entre 250 y 600 miligramos de café (de 3 a 8 tazas de espresso). La tolerancia común varía entre 500 y 900 miligramos.