5 tips para elegir un molino de café manual
Los molinos manuales son parte del ritual de preparación del café. Aportan un toque artesanal, pues funcionan sin electricidad y sólo necesitan la fuerza del brazo que los activa. De ellos se desprenden los aromas de los granos que impregnan el ambiente.
Para añadir un aire de nostalgia los hay con diseño retro. Pero también existen otros cuya estética muestra las señales de la evolución: cuerpos de acero inoxidable o maderas nobles, manivelas y cuchillas de cerámica.
En general, los molinos manuales constan de tres partes:
Manivela. Al dar vuelta, hace girar las muelas del interior del molino para pulverizar los granos.
Recipiente superior. Parte donde se colocan los granos de café.
Depósito inferior. Es donde cae el café recién molido.
Hay que tomar en cuenta que es más difícil regular el grosor, sobre todo en la molienda más fina, aunque ya existen muchos modelos con variedad de ajustes. Son ideales para llevarlos de viaje y moler cantidades pequeñas de café.
Cómo escoger un molino manual
Estos son algunos puntos que se deben tomar en cuenta al momento de seleccionar un molino manual.
Material: Se aconseja que sea de acero inoxidable, cerámica o madera noble.
Tipo de muelas. Las muelas cónicas de cerámica son las más recomendadas para una buena molienda. Los molinos tienen una muela fija en forma cónica y otra unida a una palanca que sirve para girar con fuerza, pero con poca velocidad, lo que impide el sobrecalentamiento de las muelas y del café.
Capacidad. Es importante observar cuántos granos de café puede contener el molino en su recipiente. Elige el que se adecúe a tus necesidades.
Variedad de ajustes de molienda. Es importante que el molino cuente con configuraciones porque permite controlar el tamaño de las partículas de café y replicar la granulometría para obtener una molienda homogénea cada vez que se utilice.
Diseño ergonómico y fácil de limpiar. Siempre se debe buscar que no sea cansado o incómodo activar el molino y que las piezas se puedan asear de manera rápida y sencilla.
Saber que el café fue molido por uno mismo es un placer que, aunado a los aromas, hacen que se disfrute más una taza de café.