Compromiso social con el café mexicano
Sustainable Harvest Coffee Importers, uno de los más reconocidos importadores de café de especialidad en el mundo, tiene el compromiso de revivir el grano en México luego de la devastación de los cultivos a causa de la roya. No sólo porque abastece cafés de nuestro país desde su inicio en 1997, sino porque tres de sus líderes son mexicanos. Uno de ellos es Alfonso Carmona, quien desde hace cinco años es director de marketing.
Alfonso estudió Mercadotecnia en el Tec de Monterrey de Guadalajara y se ha planteado el reto de encontrar mercado y mover más volumen de café de calidad en medio del desplome de los precios del aromático desde el año pasado.
Es parte importante del proyecto con duración de tres años lanzado en 2018 entre Sustainable Harvest y el Banco Interamericano de Desarrollo para reactivar el café de especialidad en Oaxaca y Chiapas, con el objetivo de reposicionar a México como productor de especialidad a nivel global.
Conoce a este mexicano que labora en la prestigiada importadora de café, la cual tiene como misión generar una relación transparente entre caficultores, tostadores y consumidores que permita un comercio justo para aumentar el valor en la cadena de suministro. Otorga acceso al mercado de cafés diferenciados, tomando en cuenta la sostenibilidad y el mejoramiento de las condiciones de vida de los productores.
––¿Cuál es tu ritual o método favorito para preparar el café?
––El V60, se me hace un método sencillo y consistente. Me gustan los cafés naturales y mi origen favorito es México porque me recuerda a casa, cuando crecí en Guadalajara. Yo vivo en Estados Unidos. Me encantan los cafecitos de la sierra oaxaqueña con notas dulces dulces y frutas tropicales, a mango y tamarindo”.
––¿A qué personalidad del café admiras?
–– Admiro a los productores, en especial a Fátima Ismael, quien lidera una cooperativa en Nicaragua llamada SOPPEXCCA. Es pionera de los grupos de café de mujeres por ahí de los 2000. Conocerla me inspira porque no sólo lucha por las oportunidades laborales para mejorar la calidad de vida, sino por la equidad de género y social”.
––¿Qué retos has enfrentado en el ámbito del café fuera de México?
––Estar con uno de los importadores de cafés de especialidad más reconocidos a nivel internacional me da la oportunidad de utilizar la mercadotecnia para lograr un impacto social. Mi mayor reto es mover más volumen de café, sobre todo en esta crisis de precios que existe hoy en día. Nos enfocamos en un café de calidad, diferenciado y que tenga un precio digno. El desplome de la bolsa desde el año pasado lo vuelve más complejo y tienes que ponerte creativo y estratégico para encontrar más mercado.
––¿Cuáles son los pilares de Sustainable Harvest Coffee Importers?
––Aunque las utilidades son importantes no marcan el rumbo de la empresa, sino el impacto social y eso lo conseguimos a través del café, al trabajar con pequeños productores en 18 países de Latinoamérica y África, brindando acceso al mercado de cafés diferenciados.
Los pilares son trazabilidad, para saber de dónde viene el café; transparencia, que establece relaciones entre productores y compradores, para que el comprador sepa cuánto le pagamos al productor y éste conozca en cuánto le venden el grano al tostador para hacer un negocio rentable. El tercero es el Programa de Productor más Valioso, que ayuda a los productores a desarrollar habilidades y conocimientos para ser más competitivos. El cuarto es relaciones de largo plazo con valores compartidos y buscar el bien común para una cadena de café saludable.
Revivir el café de especialidad en Oaxaca y Chiapas
El brote de la roya en 2013 afectó a Chiapas y Oaxaca, principales productores de café en México. Los cultivos diferenciados casi se extinguieron y de producir 4.5 millones de sacos de café al año, actualmente se generan alrededor de 2.5 millones. De hecho, se dejaron de ver cafés diferenciados durante tres años después de la plaga.
––¿En qué consiste el esfuerzo conjunto entre Sustainable Harvest y el Banco Interamericano de Desarrollo para reactivar el café en Oaxaca y Chiapas?
––Sustainable Harvest, como empresa social, tiene la misión de reinvertir en la cadena haciendo entrenamientos para los productores. En 2018 se firmó un acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo por tres años para apoyar a pequeños productores en Chiapas y Oaxaca, hacerlos más competitivos y darles acceso a mercados internacionales diferenciados para mejorar su calidad de vida.
La roya pegó fuerte, pues en México había cafetos viejos, parcelas pequeñas y casi acabó con el café. Veracruz y Chiapas trabajan fuerte con programas de gobierno para renovar a mayor velocidad, pero comunidades oaxaqueñas y chiapanecas más aisladas han quedado atrás. Se invitó a varias organizaciones a participar en el proyecto y a productores desagregados sin acceso a cooperativas. Ya hay 18 organizaciones con nosotros.
––¿Cómo ayudan a los pequeños productores?
––En primer lugar damos entrenamiento en calidad de prácticas agronómicas, gestión administrativa, cuidado de suelos, nuevas variedades. La segunda parte es aprendizaje e intercambio de conocimientos con otros productores por medio del programa de Productores Más Valiosos. Cada año hacemos cuatro o cinco eventos para productores en Latinoamérica para que intercambien experiencias. El tercer rubro es el acceso a mercados diferenciados para que los productores conozcan compradores que pagan el sobre precio al mercado actual. Buscamos conseguir un balance entre volumen y calidad.
––¿A quiénes venden el café que compran?
––Todo el café que compramos e importamos se vende en Estados Unidos, Canadá, Australia y Nueva Zelanda. Los cafés de México que llegan a Estados Unidos se venden a las barras de café más reconocidas en San Francisco, Los Ángeles, Nueva York y Portland. Una de las marcas más reconocidas a la que le vendemos cafés mexicanos es La Colombe Coffee, en Philadelphia, que compra cafecito de Oaxaca.
Desafío de los productores
Plagas, cambio climático, bajos precios, atraso tecnológico y falta de mano de obra por la migración debido a las malas condiciones de vida son algunos de los desafíos que impactan en la vida de los pequeños productores mexicanos, cuya mayoría tienen menos de dos hectáreas para cultivar.
Explica Alfonso Carmona que en su experiencia en Sustainable Harvest ha detectado que los productores carecen de herramientas para entender qué inversiones tienen que hacer para mejorar su rendimiento, sus prácticas agrícolas y lograr así mejor calidad en taza.
La caficultura en países como México, detalla, es empírica, pasa de generación en generación, por lo que llevan entrenamientos para que los caficultores experimenten con nuevos procesos y crezcan en calidad.
––¿Cómo ayudan a los productores mexicanos a enfrentar esos desafíos?
––Proporcionamos tecnología y bases de datos para que las organizaciones hagan análisis cualitativos para hacer estrategias a largo plazo. También damos acceso a mercado, que es la parte más complicada en los mercados internacionales.
Para evitar que los jóvenes abandonen las parcelas damos capacitaciones de control de calidad, con el fin de que se den cuenta de que se puede hacer negocio del café, pero con cafés diferenciados. Trabajamos en las comunidades con catadores que apoyan a la generación de calidad y tenemos cursos de cata y procesamiento para hijos de productores. Desde hace un año incluimos en los entrenamientos el barismo y tostado, además de empoderar a jóvenes en el área de marketing.
––¿Qué impacto social desean lograr en las comunidades mexicanas que apoyan?
––El proyecto de Sustainable Harvest con el Banco Interamericano de Desarrollo lleva apenas un año en México. El objetivo es incrementar calidad y, por ende, ingresos. Como ejemplo tenemos programas en África, en Ruanda, enfocado a mujeres para darles acceso a mercado. Hemos incrementado 80 por ciento sus ingresos y eso hace que haya un cambio en el núcleo familiar. Además trabajamos con organizaciones que apoyan a mujeres víctimas de violencia doméstica. Son organizaciones que tienen un albergue, les dan trabajo en el café y poco a poco generan el ingreso para subsistir.
Concientizar a consumidores
Por último, el mercadólogo Alfonso Carmona sugiere que para que la industria del café avance se requiere del apoyo del consumidor. Analiza que en cafeterías de especialidad sigue la tendencia de precios altos, pese a que muchos tostadores se benefician del declive de precios, aunado a que las marcas comerciales ponen presión en el mercado al malbaratar el café.
“La clave está en los consumidores. Ellos deben castigar a las marcas que no tienen prácticas que fomenten pagar precios que den una vida digna al productor. Deben exigir certificaciones a las marcas. En Estados Unidos hay un movimiento muy fuerte de certificar las prácticas de una empresa en relación al ambiente, impacto social y económico buscando un balance entre utilidades y misión”.