Diferencias entre latte, cappuccino y Flat White
El latte, el cappuccino y el Flat White podrían encasillarse en esta definición general: “Bebidas hechas con espresso, leche y espuma”. Prácticamente es así, pero esa descripción deja fuera las sutiles diferencias entre estas preparaciones que ofrecen distintas experiencias de sabor a los amantes del café.
Un cappuccino es una bebida italiana hecha con espresso, una capa de leche y una gruesa cama de espuma del mismo espesor que la de la leche. Los ingredientes se encuentran en cantidades iguales en la taza (1/3 cada uno). Se creó por primera vez a principios del siglo XX, después de que la máquina de café espresso fue patentada por Luigi Bezzer de Milán, en 1901.
El latte significa “leche” en italiano, pero la versión del café latte que conocemos surgió en Estados Unidos. Se prepara con uno o dos espressos, que ocupan 1/3 tercio de la taza y 2/3 de leche calentada con vapor, con una pequeña capa de espuma de leche de un centímetro de grosor.
El Flat White, que se traduce como “blanco plano”, hace referencia al color de la leche emulsionada y al poco espesor de esta capa. Surgió en Oceanía en la década de los 80 y los australianos y los neozelandeses llevan años disputándose su autoría. Se prepara en una taza de unos 150 mililitros con dos espressos y una capa fina de leche ligeramente emulsionada (crema). El resultado es una bebida sedosa con un intenso sabor a café.
Las diferencias
Flat White: Se hace con dos shots de espresso o ristretto. Usa poca leche, con una espuma delgada. Resalta el sabor intenso del café.
Latte: Se elabora con un espresso. Requiere más leche que el cappuccino y el Flat White. La espuma es poca. Tiene notas más dulces por las cantidades de leche. Se sirve en un vaso de 8 onzas, más grande que el de un cappuccino o Flat White.
Cappuccino: Se realiza con un espresso. Se emplea menos leche que en el latte y una capa de espuma más gruesa que en Flat White.
La forma de calentar la leche en estas bebidas también marca la diferencia. En un latte sólo se da una entrada de aire con el vaporizador, mientras que el cappuccino requiere dos entradas de aire.
Además, en el cappuccino y en el latte se puede realizar el arte latte, que son figuras creadas con la espuma de la leche en la superficie de un espresso.
Ahora que conoces las diferencias puede elegir entre el dulzor del latte, la intensidad del Flat White o el sabor y la textura cremosa de un tradicional cappuccino.