Vaso con agua  junto al café, ¿para qué sirve?

En muchas cafeterías se sirve un vaso de agua junto a un espresso o un filtrado. El motivo es hacer más completa la experiencia de disfrutar del aromático, ya que el agua limpia el  paladar y lo deja listo para distinguir todos los matices de la bebida. 

Se recomienda beber el agua antes del café para eliminar sabores de otros alimentos. Esto permite identificar mejor los atributos del espresso cuando ingresa a la boca, mientras dura en ella y al final, con las sensaciones que aparecen después de ingerirlo. 

Otra función del agua es mitigar la sed y eso conduce a una mejor experiencia sensorial. Debe estar a temperatura ambiente, pues muy fría adormece las papilas gustativas y disminuye la percepción del sabor. 

Tomar un sorbo de agua una vez terminado el café ayuda a retirar los restos de la bebida y la molienda para beber después más café u otros alimentos. También es útil para potenciar los matices del espresso o filtrado en la boca o corregir una acidez incómoda. 

Origen del vaso de agua junto al café

 Existen varias teorías acerca del origen de la costumbre de acompañar el café con un vaso de agua. Algunas apuntan a los buenos modales en la época en que la realeza de Viena empezó a consumir esta bebida.

En aquella época se consideraba de mal gusto limpiar con la boca la cucharilla después de remover el café o dejarla sucia sobre el platillo. Por ello se colocaba un vaso de agua para depositar en él la cucharilla. 

Otra versión señala que era una muestra de respeto y cortesía de los establecimientos hacia sus comensales.

Los lujosos cafés del siglo XIX y principios del XX en Europa eran visitados por nobles y burgueses, a los que se les hacía sentir como en casa al ofrecerles el periódico y agua con el fin de fidelizarlos como clientes.   

Acompañar el café con un vaso de agua prepara el paladar para disfrutar el sabor y el cuerpo de un espresso o un filtrado. Limpia las papilas gustativas y amplía la experiencia sensorial frente a la taza.