Filtros de café, ¿blanqueados o sin blanquear?
Los filtros son un elemento muy importante al momento de realizar una extracción de café, pues pueden afectar el sabor de la bebida según el material con el que están hechos. Son usados en los sistemas de filtrado manual, como el Hario V60 o Kalita y su función es retener los posos y permitir el paso de los aceites del café.
Hay muchos tipos de filtros, como los metálicos, cerámicos, de tela o de papel. Éstos últimos son los más recomendados, pero existe una duda en torno a ellos: ¿cuál es mejor, el blanqueado o sin blanquear?
El filtro de papel fue inventado en 1908 por Melitta Bentz, una ama de casa alemana que, cansada de encontrar partículas en su café, descubrió una forma de contenerlas para obtener una taza sin sedimentos.
Después de experimentar con diferentes materiales probó con un pedazo de papel absorbente que colocó en una taza de metal, añadió el café molido y vertió el agua para conseguir una bebida limpia. En junio de dicho año, Melitta patentó su invento: los filtros de café y en diciembre abrió su fábrica con ayuda de su esposo.
En la actualidad, los filtros de papel, que originalmente son de color café, reciben un tratamiento de blanqueo a partir de oxígeno activo para eliminar sabores a papel. También hay otro método para blanquear realizado con cloro, el cual es más dañino para el medioambiente. No hay una evidencia contundente de que esta sustancia llegue al café, pero algunos expertos la consideran un peligro para la salud.
Los filtros no blanqueados no están sometidos a ningún tratamiento de decoloración y son más amigables con la naturaleza porque no requieren de tanto procesamiento.
No importa si se utiliza un filtro blanqueado o sin blanquear. Ambos filtros se deben enjuagar con agua limpia antes de realizar la extracción para garantizar su buen funcionamiento y evitar matices indeseables en la taza final.
Lo más recomendable es comprar filtros de calidad, sean blancos o de color original. Si son blancos, es mejor elegir los decolorados con oxígeno activo, y siempre tener en cuenta el enjuague previo que garantizará una bebida sin notas a papel.