Un camino a la Patagonia con aroma a café

El sueño: llegar de Guadalajara a la Patagonia en 2 años. El transporte: una combi habilitada como cafetería. El “combustible”: granos de especialidad. Fabiola García y Jaime Salcedo, biólogos de profesión, van de ciudad en ciudad vendiendo bebidas a base de espresso y métodos de vertido para financiar su viaje al fin del mundo. Un camino de más de 14 mil kilómetros llenos de aroma a café.

“Nuestro proyecto se llama Alas y Raíces. Alas por la libertad de viajar y Raíces por conectar con los lugares, la gente y sus  costumbres”, relata Jaime, quien junto con Fabi decidió aventurarse tras cerrar su restaurante de waffles debido a la pandemia. “Ese fue el empujoncito. Ya no teníamos el negocio y dijimos: ‘Hay que hacerlo’. Nos  tardamos dos años en planearlo”. 

Café, viaje, Patagonia
Fabiola García y Jaime Salcedo. Fotos: Cortesía Alasyraicestrip

En cada parada ambos viajeros visitan fincas, compran café de especialidad y lo ofrecen a lo largo de su ruta hacia la Patagonia. En su furgoneta con el letrero “Mar de café”, nombre de su cafetería, han pasado hasta ahora por Michoacán, Guanajuato, Puebla, Hidalgo, Querétaro y Oaxaca, estados donde la gente se ha acercado a degustar bebidas y a conocer cómo es la vida a bordo de una combi. 

“Tenemos una máquina de espresso, una Chemex, una prensa francesa, un V60, un sofá cama, ropa para 15 días, una cocina, una tarja para lavar, despensa y algunos trastes”, enumera Jaime el equipaje con el que partieron el 29 de octubre de 2021, convencidos de que “no necesitas tantas cosas para vivir” y que la gasolina, tanto del vehículo como de ellos, es el café. 

Café. viaje, Patagonia
Ambos viajeros disfrutan de coloridos pueblos, como Omitlán, en Hidalgo.

“Así como probamos comida y conocemos gente, también hacemos lo mismo con el café. Hemos probado cafés increíbles. Buscamos casas tostadoras, vamos a fincas, compramos directo a los productores para incentivar el comercio justo, así se le paga un poco más al productor y nuestro grano tiene trazabilidad”. 

Aunque la venta de café nació como una necesidad para sustentar el viaje, Jaime se declara fan del elixir negro. “Queremos llevar café mexicano a Sudamérica y traernos café de allá. Buscamos que Mar de Café continúe después de esta aventura”. 

Revela que el punto crucial de la travesía era conocer una finca. “Nos dimos cuenta de que no todos los productores tienen la posibilidad de cultivar café de especialidad, no tienen la tecnología, los conocimientos. Además se les paga muy poco, pero cada vez hay más conciencia  para mejorar su situación”. 

Café, viaje, Patagonia
Jaime y Fabi visitan casas tostadoras y fincas para comprar café y vender bebidas para costear su viaje.

La vida en una combi

La vida en la combi es una analogía a habitar una casa  y la compra de gasolina es como pagar la renta”,  observa Jaime. “Al principio viajábamos muy rápido, cada dos días nos estábamos moviendo y gastábamos mucha gasolina. Ahora duramos  más tiempo en cada lugar y hacemos traslados cortos para ahorrar. Avanzamos, vendemos y nos movemos. Si no vendemos nos quedamos más tiempo en el sitio”. 

Lavan la ropa en lavanderías, comen en el campo o en los mercados populares de cada ciudad, se bañan en bosques o en casas donde la gente les da permiso, aunque llevan una cortina y un mecanismo para poder asearse en algún lugar solitario.

También cuentan con el apoyo de los gobiernos municipales y las autoridades de turismo de cada ciudad que visitan para vender su café. Hacen convenios con ellos para facilitar su estancia. “Al principio nos estacionábamos en calles escondidas porque sabíamos que nos podían cerrar el negocio, pero no era rentable porque vendíamos muy poco café”, recuerda Jaime. 

Café, viaje, Patagonia
La pareja espera llegar en 2 o 3 años a la Patagonia a bordo de su combi.

La ruta a seguir

Jaime y Fabi  planean visitar Tabasco, Campeche, Quintana Roo, Chiapas y cruzar  a Guatemala en unos 5 meses. 

“Algo de lo que más nos ha gustado del viaje es conocer lugares que ni sabíamos que existían y que ni te esperabas. Nos damos la oportunidad de conocer. Hemos aprendido a dejarnos llevar, de tener la mente abierta y confiar en la gente. No estar encerrado en lo que crees saber”. 

Después del viaje, reflexiona, saben que será difícil encajar en el mundo que dejaron antes de viajar. “Hemos platicado con otros viajeros y nos dicen que eso es complicado regresar de golpe a tu ciudad y adaptarte después de  tantas experiencias vividas, porque la gente del lugar donde habitabas siguió con su vida, con su ritmo más lento que el tuyo”. 

Jaime y Fabi aún desconocen cómo terminará su aventura. “No sabemos qué sigue, no sabemos si llegamos a la Patagonia, vendemos la combi y volvemos a México o si nos regresamos en la combi. Lo que sí es seguro es que quiero continuar con el proyecto del café”. 

Café, viaje, Patagonia
La combi de Alas y Raíces Trip ha visitado Guanajuato, Querétaro, Hidalgo, Puebla y Oaxaca. En la foto, la plaza de Labastida, en Oaxaca.

Sigue el viaje de Fabi y Jaime en sus redes sociales: 

Facebook, Instagram, Youtube y Tik Tok:  @alasyraicestrip

Conoce su proyecto de café en Instagram: @mardecafemx

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