Cultiva el amor por el café
Marco Antonio Ortiz Pérez heredó de su madre y abuelo el amor por el café desde que era un niño, cuando en su natal Santiago Nuyoo, en la mixteca oaxaqueña, los ayudaba a cosechar el grano. Son esas mismas raíces que crecieron en él desde su infancia las que busca arraigar en los pequeños de varias comunidades de Oaxaca para contribuir con el relevo generacional en los cafetales.
Marco Antonio, quien es ingeniero agrónomo, da pláticas sobre la cultura del café a niños de la Escuela Primaria “Remigio Sarabia” en Santiago Nuyoo, como parte de la realización de un documental impulsado por el Instituto Oaxaqueño del Café.
“Doy un taller para niños de primaria, hijos de caficultores, sobre la importancia de trabajar el café. Principalmente les hablo del tema ambiental, del ciclo de la vida de la planta y un poco de la familia y su importancia”, cuenta. “Realizan dibujos relacionados con el café, puede ser un árbol, el grano. Algunos hacen paisajes o despulpadoras”.
El relevo generacional es uno de los principales retos del sector cafetalero. Se están extinguiendo las manos jóvenes que trabajan la tierra en México. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el promedio de edad de los trabajadores del campo es de 54.7 años.
Los bajos precios del café, la pobreza, así como la falta de servicios médicos y educativos, han causado la baja participación de los jóvenes en la caficultura, pues prefieren dejar sus parcelas y emigrar a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida.
Para ayudar a la formación de las nuevas generaciones de productores, el Instituto Oaxaqueño del Café lanzó el Proyecto de Documental y Animación del Café, en el que participan niños y niñas de 8 a 12 años de varias primarias a los que se les da talleres de caficultura integral y sustentable. Los pequeños hacen dibujos que serán animados por estudiantes universitarios; además habrá un documental sobre las zonas cafetaleras de la mixteca.
“Hay localidades en las que uno llega para dar capacitación y las personas tienen arriba de 50 años, no hay un relevo generacional y no hay interés por parte de nadie de hacerlo”, lamenta el ingeniero Ortiz.
“Una cuestión muy difícil es el precio del café. Es muy mal pagado y eso hace que a los jóvenes no les interese producir. Ahora ya está el tema del barismo y del tostado, capacitamos a los jóvenes para que aprendan a hacer diferentes procesos de beneficiado, como cafés enmielados naturales, y que vayan hasta la comercialización directo”, explica.
Regresó para ayudar
Actualmente, Marco asesora a pequeños productores para que tengan mejores prácticas agrícolas. Trabaja con unos 70 caficultores en los municipios de Santiago Nuyoo, Santa María Yucuhiti, Santa Lucía Monteverde y la localidad de San Pedro Yosotatu.
“Mi mamá era productora de café. Mi abuelo igual y yo tuve la oportunidad de estudiar lejos de Oaxaca. Me hice ingeniero agrónomo y regresé para ayudar. Me dedico a la producción y poco a poco me empezaron a buscar los productores”, relata.
“Empecé a trabajar con ellos a partir del problema de la roya. Los productores son expertos en el tema, pero la plaga cambió mucho las actividades que realizaban, desde las variedades que manejaban hasta las plantaciones que tenían”, asegura.
“A partir de ahí dimos asistencia técnica dirigida a la producción de la planta, establecimientos, viveros, manejo de enfermedades. Con la roya surgió la cuestión del café de especialidad, empezaron a ver que tenía potencial y en los últimos años hemos trabajado mucho en el café de especialidad”, el cual venden a algunas cafeterías de prestigio.
“Nuestros diseños de plantaciones son de curvas a nivel que ayudan a mantener suelos y agua. El cultivo es bajo sombra y así disminuye el impacto de la pérdida del agua, la erosión y permite conservar el medio ambiente. Producimos nuestro abono orgánico, desde hojas y tierra hasta con la lombriz roja de California”, añade.
Marco recuerda: “Volví a Oaxaca por el amor al café. El tema del café es muy completo. Cuando ves que la cadena de este grano es muy amplia, pues regresas. Aparte hay que hacer conciencia y ayudar al productor a contribuir al medio ambiente. No por problemas de roya o bajos precios se deben deforestar y cambiar los suelos”.