Principales retos de los productores de café en México

Detrás del grano del café hay una historia: la de las manos rugosas que lo siembran, lo cortan, lo lavan, lo secan. Los productores son los guardianes del ciclo vital de este aromático. En México existen más de 500 mil caficultores que viven en zonas indígenas y marginadas del país y que además de la pobreza enfrentan numerosos desafíos para sobrevivir del cultivo de este grano.

Plagas, cambio climático, bajos precios, atraso tecnológico y falta de mano de obra son algunos de los desafíos que impactan en la vida de estos pequeños productores, cuya mayoría tienen menos de 2 hectáreas para cultivar.

De ahí la importancia de reflexionar como clientes, baristas, compradores o tostadores sobre los retos que enfrentan los productores. Y saber que siempre se puede elegir consumir en un establecimiento que compre directo el grano a los caficultores, lo que contribuye a mejorar sus condiciones.

Las plagas

Las plagas son uno de los principales enemigos de los productores de café. La roya, que afecta sobre todo a los cafetales viejos, provocó que la producción del grano en México cayera a casi la mitad de 2013 a 2016. El país bajó del sexto al undécimo lugar como productor mundial y en la actualidad el cultivo del aromático sigue en recuperación.

Plaga roya café

La Asociación Nacional de Industria del café (Anicafé) reportó que la producción se desplomó de 4.5 millones de sacos de 60 kilos en 2012 a 2.3 millones en 2016, luego de que el hongo afectó incluso zonas altas como la del volcán Tacaná, en Chiapas, cuando no se había presentado en sembradíos por encima de los 800 metros de altura sobre el nivel del mar.

Ante la problemática se propuso la sustitución de los actuales cafetales por variedades híbridas más resistentes al hongo. Mas el cambio es costoso y muchas veces los caficultores no saben qué cuidados dar a los nuevos plantíos. Aunado a ello, compañías internacionales aprovecharon para convencer a los campesinos de ya no sembrar arábica sino robusta, un grano de menor calidad y precio, muy usado en la industria del café soluble.

Los bajos precios

En anaqueles y establecimientos el café es costoso, pero a los productores se le sigue comprando muy barato. ¿La razón? La sobreproducción ha causado el desplome de los precios. En México, la Asociación Mexicana de la Cadena Productiva del Café (Amecafé) informó que hay una sobreproducción de 8 millones de sacos y por eso los precios han caído hasta en 50 por ciento.

Según sus cifras, el quintal de pergamino seco, que equivale a 57.5 kilos de café, se vendía en 3 mil pesos y hoy se comercializa en unos mil 500 pesos, por lo que los productores han perdido 6 mil millones de pesos tan sólo de 2018 a 2019.

La Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC) detalló que producir un quintal de café pergamino cuesta a los pequeños productores entre 2 mil 200 y 2 mil 500 pesos aproximadamente.

El cambio climático

El cambio climático causa aumento de temperatura y altera el ciclo de la lluvia, lo que pone en riesgo al café arábica, el mejor pagado por calidad y notas aromáticas. Este grano es más sensible a los cambios de clima, pues necesita temperaturas más frías para desarrollarse, así que ve afectado su crecimiento, floración y la maduración de las cerezas.

El panorama es desalentador. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha pronosticado una disminución del 10 al 20 por ciento en el rendimiento total de las cosechas para 2050.

Escasez de mano de obra

Los productores de café están envejeciendo y cada vez son menos. Las nuevas generaciones prefieren emigrar a la ciudad en busca de mejores oportunidades de vida de las que les ofrece el campo. La paga por 8 horas diarias es de unos 80 pesos y, al final de la cosecha, deben buscar otros trabajos para sobrevivir.

Además, las mujeres se han hecho cargo de los cafetales porque sus esposos también emigran. Hoy representan la tercera parte del sector en México, pero no son dueñas de la tierra, carecen de capacitación y de servicios como educación y salud. El desafío es buscar estrategias para dar más poder a las mujeres y atraer a los jóvenes hacia el cultivo.

Renovación tecnológica

La mayoría de los plantíos de café en México son viejos, de más de 20 ó 30 años, y les urge renovarse, pero existe muy baja inversión, pues los cafetales están ubicados en zonas marginales. Aunado a ello, se emplea una agricultura tradicional y existe poca uso de la tecnología.

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